En este último día del año
Las luces del decorado anuncian la llegada de otro año, el viento frío nos recuerda que diciembre casi se va, dando paso a un invierno más, pero el cielo está despejado, no hay nubes amenazando con llover, el sol, taciturno, en su lento caminar hacia la noche me mira desde lo alto. Sentado frente al balcón veo la calle desierta, no hay niños jugando en las banquetas, no hay alguien que devuelva mi saludo, desde la ventana sólo puedo ver la casa vacías desde hace tiempo.
Las luces del decorado anuncian la llegada de otro año, el viento frío nos recuerda que diciembre casi se va, dando paso a un invierno más, pero el cielo está despejado, no hay nubes amenazando con llover, el sol, taciturno, en su lento caminar hacia la noche me mira desde lo alto. Sentado frente al balcón veo la calle desierta, no hay niños jugando en las banquetas, no hay alguien que devuelva mi saludo, desde la ventana sólo puedo ver la casa vacías desde hace tiempo.
Y te pienso, vuelve siempre tu recuerdo, cercano en la distancia, pero lejano en la certeza de saberte mía, en las noches de nostalgia vuelvo mis ojos tristes y te dibujo bajo mis sábanas, perfecta, exacta, en toda la dimensión de tu presencia, conozco de memoria tus marcas precisas, la extensión de tus piernas y el hueco de tu espalda, la curvatura de tus muslos y el calor de tu mirada. Tus ojos iluminan la oscuridad de mi añoranza, y es la certeza clara de volverte a ver la que mantiene mi alma enamorada.
Todo esto pienso, hoy que es el último día de otro año que se va, a sabiendas de que quizá no leas esto, de que tal vez lo sepas y sea cierto que con los ojos se hablan los que están enamorados.