Como no sé más qué escribir
escribo que no escribo
con cada letra se me va un motivo
y en cada glifo esta ansia de vivir.
De renglón en renglón
de miradas furtivas
complicidades de histrión
muchas cartas dos heridas.
Dos canciones que de tanto tararear
he creído que son mías
y un millón de poemas tachonados
de recuerdos
es todo lo que me queda esta tarde
mientras tu ausencia se va haciendo grande
y tus voces y mis gritos y mi silencio y tu suspiro
en la noche que se avecina como tormenta
no es más que dos
dos que se extrañan a cada vuelta de esquina.
No sé si lo que escribo
es tan fuerte como yo, perdure
en el tiempo y la distancia dure
y es verdad no soy protagonista
sin historia no hay revista
ni memoria
ni biografía que permita
el atinado desazón que a mi alma embarga,
que no sé si las palabras
se hacen mías, se hacen largas,
como de letanía
como de oración cuando la tarde aguarda.
Como no sé más qué escribir
apunto apresurado el canto mío
que me laven el cuerpo dios mío
de ilusiones de algarabías de desatinos
de sudores perdidos
de lágrimas de fluidos
que me laven el cuerpo y el alma
con su llanto de redención
las ánimas que purgan
el eterno desencanto.
Escribo que canto, canto que añoro
sobre las cicatrices viejas
van las heridas nuevas,
no nos queda nada más que pasar
nuestras lenguas sobre la experiencia
mística de haber fallado,
dos notas dos ausencias dos todos
los augurios que han hablado.