A la memoria de don Carlitos (Papá Cali), Q.D.E.P.
Volvió la lluvia
y con ella el olor a
tierra mojada,
volvió la lluvia,
y las nubes se
convirtieron en nada,
el barro, el charco,
la enramada,
el nopal de blancas
espinas,
la flor blanca y
amarilla del rocío
que deja la lluvia
vespertina.
Volvió la lluvia
abuelo,
grité con el corazón
hecho un nudo,
bailando por las
veredas,
moviendo las ramas
del mezquite
para mojar tu
sombrero,
y tú, con tus ojos
llenitos de recuerdos,
sonreíste al cielo.
Una dulce melodía
inundó
cual arroyo
arrastrando piedras,
y la tierra herida,
abierta a la semilla,
nos envolvió con su
olor a calderilla.
El canto de las aves,
la brisa que
refresca,
la vida que se
entrega a cada gota
que cae sobre la
tierra.
Del maíz esmeralda nos
nace
la mazorca dorada que
alimenta
que crece y envuelve
con sus hojas
la masa primigenia nuestra
madre.
Abuelo, volvió la
lluvia, allá en el cielo.
Abuelo, que dicha tu
voz cardenche
entonando cantos de
alabanza.
vigor y esperanza,
sudor y labranza,
risas y enseñanzas,
olor a tierra mojada,
herencia de manos
cansadas.
Abuelo, volvió a
llover en tu cielo,
y tú, te levantaste de
madrugada,
con tu azadón y tu
yunta de mulas,
a labrar la tierra
eterna
que Dios te ha
regalado.