Imagino la luz de tus ojos,
la sonrisa cierta emanada,
imagino de la noche los despojos
del sueño
de tu
presencia inmaculada.
Y en el imaginar despierto
se me van las manos
en un intento un tanto incierto
por alcanzarte
injusto el
tiempo.
Cual tropel desbocado
invade el pensamiento
esta idea absurda de raptarte.
Esta idea
loca de volver a verte.
Ser tu faro en la oscura noche,
un refugio en la tormenta,
una hoguera en las tardes frías,
una casa con paredes de poesía.
Imagino, en el rojo atardecer
que vuelves como diosa redentora
a envolver con tu risa medicina
mi alma atribulada de nostalgia.
Anda corazón que eres magia.