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lunes, marzo 23, 2009

Derroteros nunca recorridos

Quién si no la luna
atestiguó la noche,
quién si no las estrellas
iluminaron el escenario,
cuál si no tu voz
me dio razones para
seguir buscando,
fueron mis manos,
fueron mis labios,
fieles viajeros
por los derroteros de tu cuerpo,
mis ojos ciegos encontraron
el camino de tu voz,
mis brazos fueron rodeando
como algo tan preciado,
anhelantes,
el tesoro de tus manos,
quién si no la luna
sollozó al enterarse
de este gran amor,
quién si no las estrellas,
hicieron constelaciones,
confeccionaron sueños,
quién si no,
el mudo testigo de este sueño,
del cual despierto,
del cual escribo,
del cual me dejo al descubierto,
del cual con la nostalgia
hoy persigo.

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