Te extraño
en la agonía del sol
cada tarde
en tanto el frío viento
es mi abrigo
a la exacta hora
en el instante previo
cuando el sueño
es poco menos que una pincelada
y mis ojos emborronados
con las nubes del recuerdo
te van dibujando cada mañana
la línea que guarda tu figura,
el espacio que ocupas
la mirada que culmina
en tu sonrisa de diosa
te extraño
y entonces veo tu fotografía
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