Cala el frío, hondo en el alma,
premonición exacta de tu ausencia cierta,
cala el viento en mi corazón sin calma,
es esta añoranza que me desconcierta,
ansío el calor de tus rayos de luz
y mis ojos de perro triste y mis brazos en cruz
desean el abrazo ausente, el roce
de una piel que se desvanece,
millones de agujas clavadas como dagas,
sólo tú tienes el bálsamo y el antídoto,
la fuerza de tu estrechez, me embriagas,
me llevas por caminos ignotos,
¡ay mi bien amada!
¿qué será del tiempo y la distancia?
cala, se va hundiendo en el cuerpo,
como espada,
este frío que no es mas
que mi añoranza de la madrugada.
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