y poder volar hacia ti,
que mi ser entero como ave
emigre donde te encuentres.
Tengo frente a mí un calendario que me dice que los días siguen, que son más de diez, que las horas y los minutos están ahí para iniciar su recorrido desgarrador de recuerdos mutuos. Tengo frente a mí tu fotografía sonriente y la memoria de tu rostro triste la última vez que nos vimos. Tengo un terrible vacío en medio del alma, una sensación de pérdida tan tremenda y tan cierta. Y mis manos aun te piensan, mi cuerpo aun siente tu cuerpo temblando bajo mi peso de amante de tus momentos furtivos, tengo tu voz resonando en mis oídos, tengo los te amo y los te necesito tan perfectamente audibles en mi mente que despierto en las madrugadas creyendo tenerte. Tengo tus ojos tan grabados bajo mis parpados que cada vez que los cierro te sueño, y tus miradas llenas de ti y de toda tu presencia, tengo hasta tus lágrimas de rabia e impotencia contra este destino tan cruento. Llevo tus pasos en mi andar, llevo tus brazos en mi tardes de frío, tengo tu calor bajo mis sábanas, y mi espalda lleva tu pecho a fuego grabado.
Tengo hasta tu presencia y allá en donde estés no estás contigo, no estás con nadie porque te has quedado conmigo y conmigo estarás siempre.
¿Por qué el amor te hace escribir estas cosas?