Aún mis ojos te buscan cada tarde,
cuando el sol poniente, moribundo
y bello]
parece lamentarse de su incierto
velo]
entonces mis entornados ojos
esperan tu figura entre las luces
difusas]
aún mi alma se sorprende
de tu piel desnuda en la penumbra,
del calor que nos envuelve
como manto que proteje,
y busca entre las olas que van
formando las sábanas,
atrapar tu esencia de mujer deseada,
aún este corazón se vanagloria
de saberse amado, grita en el silencio,
que es mucho lo que ha esperado,
esperanzado, esperanza que nutre
de mil voces mi corazón adolorido.
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