Cómo quisiera tu voz tras mi oído derecho,
sentir tu presencia rodeando mi cuerpo maltrecho,
dejar que tus dedos a pinceladas de sentimiento
me dibujen tus razones para seguir despierto,
cómo quisiera tener tu esencia en mis labios
tu imagen grabada en mis ojos de sueño,
despertar contigo sintiéndome tu dueño
cómo quisiera, gritar tu nombre en la calle
desierta, de noche, mientras tus manos
me construyen un camino al cielo.
Andando este mundo sin ti
es terrible agonía,
no permitas que mis ojos no te vean
cada tarde,
es verdad que lo que siento arde
como fuego milenario en mi alma
que es tuya siempre.
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