Mediodía en la estancia prohibida
Acaso un trovador en medio del desierto
no buscaría agua antes que inspiración,
dejaría su voz a lo común de lo incierto
para que sola fuera haciendo su canción.
Qué hacer en este malhadado lugar,
no te veo, no te encuentro en mi verso,
y yo que buscaba una invitación para jugar
a los amantes que les gusta lo perverso.
Alto el sol, cénit de lo prohibido,
el sofá nos recuerda cada mediodía,
¡ay si hablara del placer recibido!,
acaso él también se sonrojaría.
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