En el palacio, la Princesita se aburría escuchando las palabras de su dama de compañía quien le insistía en organizar el baile anual del principado, con el fin de buscar un buen mozo entre los nobles y formalizar un posible matrimonio. Lo que la dama de compañía no sabe es que la Princesita esta harta de su perorata del prometido, y observa por la ventana de la torre del ala oeste del palacio al pueblo que más allá del bosque real se erige como una invitación a su curiosidad. ¿Qué cosas habrá más allá del bosque? Piensa la Princesa y se levanta para acercarse al balcón.
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