Ya no tengo mis ojos que te vieron un día,
he perdido mis manos que tocaron tu herida,
extravié mis latidos que te llenaron de vida,
a cada instante de la noche te perdía]
Balcón de las memorias que se han ido,
qué ventana quedará cerrada al hastío,
al inconstante sentimiento hoy le pido
que me deje ser delirio y no impío]
Me he quedado tan solo con dos alas,
de las blancas palomas, su canto,
de la bruma taciturna, noches malas,
del gato en la cornisa, su llanto]
No me restan palabras de suficiencia,
para escribir este impropio, diatriba
a mis momentos de impaciencia,
exordio por el tiempo en que reciba
tu aliento,
tu voz,
tu risa de luz,
la humedad de tu presencia misma.
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