Sobre tus labios que hacen magia,
entre tus piernas que me dan alivio,
bajo tu cuerpo que se entrega,
va surgiendo este sentimiento vivo;
dentro de tus manos que son refugio,
en tu mirada que brinda calma,
sobre tu espalda de artilugio,
voy inventando la historia de mi alma;
me das dieciocho meses de historia,
cuatro años de memoria,
treinta y cinco de edad sin pena
pero con todas las glorias;
en tu cintura de alabastro
voy dejando por el camino
estos trozos de mi corazón cual rastro,
como mapa que se empeña y si no
me pierdo es porque te he conocido,
dame otros mil años para adorarte,
como diosa eterna de mis desvaríos,
dame de la savia de tu cuerpo divino,
que me alimento del calor que fluye
mientras mi ser es uno con el tuyo,
comunión perfecta de amores irredentos,
susurros de cuatro paredes,
palabras perdidas en los labios sellados
lugares nunca antes recorridos,
ay mujer a dónde me has llevado;
a dónde que no haya querido ir,
si es a tu lado donde el tiempo se detiene,
motivo perfecto para condenarme,
condena perfecta para motivarme.
1 comentario:
te regalo mis pocos años vividos, y otros mil mas para que los vivas conmigo.
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