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lunes, mayo 16, 2005

Sin aliento

Yo quisiera recostar mi cabeza en tu vientre
y escuchar el tropel de una lejana cabalgata,
yo quisiera abrazarme a tu cintura
y descubrir que también conoces el camino,
encontrar en la razón que de tu voz emana
el gusto exacto de la fruta
que resbala en mis oídos
y quisiera ser de tu reloj:
minutero, manecilla y segundero,
para entregarte todo mi tiempo
en estas palabras sin aliento.