Nostalgia de las horas

Van mis ojos lloviendo
a mares de nostalgia,
de su luz perdida la magia,
mis ojos que no te miran más.

Va mi boca como en un rezo,
letanía de la marcha lenta,
con sus líneas de memoria
aprendidas en las tardes
de añoranza que se queda.

De las horas que transcurren
cual caracolas en la mar,
de minutos que resignados
agonizan de recuerdos.

Va este loco sentimiento
despertando a deshoras,
harto de quedarse entre los pliegues
de la noche fría.

De los motivos que se escriben
con las yemas de los dedos
como dejando la impronta
de un te quiero, te espero.

Y te aguardo como sombra
a la tarde taciturna
plagada de remembranzas.

Van mis brazos como nubes
de algodón,
a tu encuentro cuando casi amanece
bajo el frío resplandor
de una mañana de invierno.

Es la noche

Es que la noche se parece a ti
cuando callada duermes
y el murmullo, brisa de tu boca,
me dice la nostalgia de las horas,
de minutos de ausencia,
eternidad que sin ti es castigo.
Es que la noche se parece tanto
al manto de tu cuerpo
que envuelve mi razón,
viajo como un peregrino
a tierras santas
de noche por este país
que es tu piel bendita y sacra.
Y es que tu eres la noche,
callada,
taciturna y mía.

Otoño que se muere

"She look so beautiful... well, well, well" John Lennon

Bajo la luz mortecina de una tarde de otoño
tu cuerpo en formación constante
parece una hoja que de un árbol cae
lenta, somnolienta.

Entretejo las líneas que te dibujan
desnuda bajo el rayo del sol poniente,
como agua mansa de río nuevo
te mueves, y cuánto te deseo.

Bajo mi aura melancólica
te envuelvo,
en mis cordilleras te pierdes,
y bebes la savia del árbol
del cual te desprendes.

Como a territorio desconocido
te conquisto,
te poseo, eres mía,
y te voy explorando siempre
como la primera
como la última,
y se que eres mi refugio
y mi morada
la casa que me espera,
el aliento que me atrapa,
y somos uno, en el grito,
en el susurro y en el llanto.

Bajo la luz de una tarde que se muere
vuelvo a soñarte
vuelvo a tenerte.

Niño sicario

Con los ojos desorbitados
y el cerebro hecho jirones,
con la nariz destrozada
sangrante el corazon y el tabique,
las manos hace unos años
jugando a los cochecitos
hoy expertas en matar
y en hacer a sus víctimas cachitos,
el corazón en un suspiro,
la vida que se acorta,
víctima o víctimario,
verdúgo o condenado,
no eres testigo colaborador
de un estilo de vida
que es sinónimo de muerte,
eres paria, deshecho social
que se pretende
seas invisible, inaudible
inexistente,
y tu destino será purgar
una pena, una celda
que contendrá tus miedos,
tus pesadillas y tus culpas,
pero nada habrá que expíe tu alma
nada pondrá tu corazón en calma,
sólo te convertirás
en un fantasma, un remedo
de ser humano
y tu pasado jamás te abandonará
niño sicario.

Declaro

Sobre la luna llena dibujé
tu figura
para llevarte a mis sueños
cada noche
en que no estuvieras
y amé tu recuerdo
igual que a tu presencia.

En el cielo estrellado
busqué la constelación
que sabía me llevaría
siempre a tu lado
y amé tu figura
igual que a tu hermosura.

En un día luminoso
grabé tu alma
que alumbra mi camino
para llevarla en los días oscuros
como faro que ilumina
mi destino.

Y en los días de lluvia
me envuelvo tu recuerdo
impermeable al olvido,
para cubrirme del frío
que como alfileres
se clava en mi pecho herido.

Sobre un rayo de sol naciente
escribí tu nombre entero
para jurar que te quiero
en mi vida para siempre,
y amé nuestro futuro
igual que al presente.