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viernes, diciembre 31, 2010

Nostalgia de las horas

Van mis ojos lloviendo
a mares de nostalgia,
de su luz perdida la magia,
mis ojos que no te miran más.

Va mi boca como en un rezo,
letanía de la marcha lenta,
con sus líneas de memoria
aprendidas en las tardes
de añoranza que se queda.

De las horas que transcurren
cual caracolas en la mar,
de minutos que resignados
agonizan de recuerdos.

Va este loco sentimiento
despertando a deshoras,
harto de quedarse entre los pliegues
de la noche fría.

De los motivos que se escriben
con las yemas de los dedos
como dejando la impronta
de un te quiero, te espero.

Y te aguardo como sombra
a la tarde taciturna
plagada de remembranzas.

Van mis brazos como nubes
de algodón,
a tu encuentro cuando casi amanece
bajo el frío resplandor
de una mañana de invierno.

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