Eterna

A dónde guardo el grito,
el golpeteo del alma mientras existo,
a dónde dejo el mito
y la historia que a contar no resisto,
qué ganas de llevarte por la calle
de la alegría,
qué ganas de darte un beso
bajo la sombra de un deseo,
del tiempo que nos depara,
¡ay noches que parecen solitarias!
pero el sueño misericordioso
viene contigo por las madrugadas,
me regala tu cuerpo de hada,
de luminoso rayo tu mirada,
y el susurro trás el oído
y el grito apagado de tu presencia,
qué ganas de saberme tuyo
a pesar de las ausencias,
qué ganas de que sigas siendo mía
sin importar motivos ni agendas,
novia mía, eterna de mis días.

Sólo silencio
un vacío que es la más extraña
paradoja
llena mi alma
sobre la piel tus labios
no descansan
se han ido de viaje
ganas de llorar quedito
debajo de las sábanas
abrazando por la espalda
tu ausencia
ganas de enjugar tus lágrimas
bajo el manto de estrellas
en la noche callada
no, me repite el corazón
no lleves lejos
no dejes que la sinrazón
envuelva, atrape mis sentidos
minutos que pasan como caracoles
fúnebres emisarios del sino
lento recorren el camino
a la espera, aguardando cuales
vigilantes de mi destino
incierto peregrino
que bajo su caudal de realidad
se ríe a carcajadas
de mi tristeza
de mi penar
no
no

Miedo

Con el miedo pegado
escondido trás el corazón
que desvanece de sólo pensar
tu partida
esta herida
tanto daño
¿podrás esperar através de los años?
con la angustia
de todos los días
de saber que no resistirías
este ritmo
esta pena de ver
en trozos tu alma inmaculada
maltratada
qué injusticia
quién soy yo para merecer
si quiera uno de tus pensamientos
y hay lamentos
en mis sueños te llevo conmigo
y despiertos
damos cuenta de lo imposible
a menos que el tiempo
no sea lento
que nos lleve como en un segundo
dejá vú de momentos
remembranza de motivos
y soy tuyo
en la cercanía
en la distancia
en la algarabía
en la pena y en el ansia
pero todo eso desvanece
cuando de tus ojos veo la desesperanza
o el llanto se acumula
en los pliegues de tu alma
ven en calma
deja que un abrazo te alimente
deja que un beso cure
alivie el sentimiento
no te miento
llevo una daga pendiendo
como condena
como eterna cadena
de lamentos
¡ay este amor que nos lleva a destiempo!
y no habrá más nada
ni palabras
ni verso alguno que remedie
la decisión impertérrita
que tu corazón tomará
¡ay segundos que pasan como días!