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martes, noviembre 30, 2010

Bad dream

Kilómetros de carretera recorro como en un sueño
antiguo y desolado, vacío de todos y
resentido contigo, pesadilla, mal sueño,
es un bad dream dirán los gringos,
no es más que el introyecto del destino,
me voy acercando a la verdad
así entre tanta encrucijada no sé más,
respiro hondo queriendo vivir otro poco
intentando no repetir gerundios,
así escribo estas frases inconexas
negando este dolor que me provoca
aquí en medio del alma, la idea en mi
garganta se empeña por salir a gritos,
a modo de animal que se desboca,
riendo para no llorar de pena,
consciente de que cumple su condena,
impaciente ante la hoguera,
asilado como loco en su cueva,
he vuelto de las sombras
entre las ánimas he vivido
riendo de la muerte en cada esquina,
riendo de esta eterna despedida,
es así como en los momentos bajos de
repentina gloria y dicha disfrutada
arranco de tu flor un pétalo en un murmullo.

Deja que te diga

Deja que mis manos
te vayan diciendo que lo sienten,
deja que mis labios
vayan pidiendo perdón sobre tu piel,
en esta noche fría
en este otoño casi eterno
deja que sea mi cuerpo
el que te grite un lo siento,
guardadas en mi pecho
las palabras,
escondidas tras mis ojos
lágrimas,
sonidos de la calle,
las teclas del computador,
mis labios entreabiertos
y un susurro que pretendo
llegue hasta tu oído,
deja entonces que sea
el sexto sentido
la llamada a la reconciliación
que el tiempo no cura
pero nos deja olvidar
las heridas,
y el beso que cicatriza
te recorre la espalda desnuda,
y el calor de esta piel
te envuelve como manto
que embalsama y alivia.

Hoy quiero

Hoy quiero agradecer,
por las tardes que fueron de placer,
por el mediodía aquel que está por venir,
agradecer por los labios compartidos,
la piel explorada bajo los latidos
de un corazón que estalla.
Hoy quiero bendecir,
con la bienaventuranza del viajero
de la noche callada,
y la oración proferida hacia el poniente
mientras tu cuerpo y el mio
se entregan a la desmitificación
de una verdad tan contundente,
eres mía y te pertenezco.
Hoy quiero orar,
por los años que vendrán,
las risas que saltarán
de nuestros ojos
en el recuerdo de la anécdota
que da cuenta de los años,
de los momentos entregados.
Agradezco tu existencia,
y sobre todo lo que hay, tu presencia,
bendigo el día del destino
cuando se cruzaron nuestros caminos
para escribir esta historia de leyenda,
y mi corazón en oración da las gracias
por que tu hermosa figura
aparece siempre como ánima bendita
en el quicio de mi alma.