Es que no sé qué escribir

Como no sé más qué escribir

escribo que no escribo

con cada letra se me va un motivo

y en cada glifo esta ansia de vivir.


De renglón en renglón

de miradas furtivas

complicidades de histrión

muchas cartas dos heridas.


Dos canciones que de tanto tararear

he creído que son mías

y un millón de poemas tachonados

de recuerdos

es todo lo que me queda esta tarde

mientras tu ausencia se va haciendo grande

y tus voces y mis gritos y mi silencio y tu suspiro

en la noche que se avecina como tormenta

no es más que dos

dos que se extrañan a cada vuelta de esquina.


No sé si lo que escribo

es tan fuerte como yo, perdure

en el tiempo y la distancia dure

y es verdad no soy protagonista

sin historia no hay revista

ni memoria

ni biografía que permita

el atinado desazón que a mi alma embarga,

que no sé si las palabras

se hacen mías, se hacen largas,

como de  letanía

como de oración cuando la tarde aguarda.


Como no sé más qué escribir

apunto apresurado el canto mío

que me laven el cuerpo dios mío

de ilusiones de algarabías de desatinos

de sudores perdidos

de lágrimas de fluidos

que me laven el cuerpo y el alma

con su llanto de redención

las ánimas que purgan

el eterno desencanto.


Escribo que canto, canto que añoro

sobre las cicatrices viejas

van las heridas nuevas,

no nos queda nada más que pasar

nuestras lenguas sobre la experiencia

mística de haber fallado,

dos notas dos ausencias dos todos

los augurios que han hablado.

Hoy en la tarde te soñé

Tarde

          es el ruido de los coches

tus zapatos de tacón invisibles

ausentes

por la casa

       suenan tus pisadas ya tarde

en mi sueño de la tarde

por la ventana diviso dos aves distraídas

han perdido ya su rama

   su nido han perdido

y tu canto acompasado me acompaña

son los pasos de tu baile

     de un relevé atrevido

de mil razones para estar contigo

el viento que por la ventana filtra

el deseo siempre presente

tarde, como los trenes de mi pueblo

          seguros de que llegaremos al destino

tarde, como los vuelos de palomas mensajeras

el conjunto de tus frases susurrantes

cierro las cortinas de velo traslúcido

sobre tus columnas de marfil rematadas

y en el centro de tu esencia

tarde, como el que llena el vacío

me elevo sobre tu espacio

              ausente ya tarde.

No es la noche, no

No es la noche

no

con su cansina perorata

no es la noche

es este despertar

      de madrugada

como en la nada


como en la ingrata

injuria de la estocada final

ruedo que no es mío

lo confieso que no es la noche

tan sólo es que no estás

y harto estoy de perderte cuando te vas.

Va de todo

Va de pensar que tengo un destino,
que mis delirios matutinos
no son más que premoniciones
sentimientos atrapados en canciones
que no se dejan escribir,
que sobre las líneas de un cuaderno
se resisten a existir
entre las tachaduras del eterno
oficio del autor desconocido.

Va de creer que aunque las palabras
son testigos claros de lo dicho
no dejarán de ser las sobras
de lo que se pone en entredicho
mientras los labios se nos van
en requisitos de posteridad
y en promesas que serán
otra vez motivo de austeridad.

Va de instalarse sin sentido
en la eterna necesidad del dolido,
en la mitad de la habitación
del que busca ser canción,
poema que se lee antes de dormir,
cuento que se escribe en un ir y venir
del recuerdo exquisito de saberte
presente en mis deseos de entenderte.

Va de no tener la frase exacta,
el momento perfecto,
la distancia que causa que falle la rima,
el deseo de tenerte en la cima,
de razones que llevan al desperfecto,
al minuto preciso en que se jacta
de vivir de la noche
aunque suene a derroche.

Va de todos esos suspiros
que me dejas en los labios
cada vez que no te miro.

Para mi abuelo

Con las manos marcadas de luz
y los ojos llenitos de agua,
con los labios sellados
y el alma pendiendo del alba.

Con las piernas atadas a la tierra
y la vista fija en el horizonte,
con el sol sobre su cabeza
cubierta con el sombrero de paja.

Con la espalda mojada,
los pies enfundados en la esperanza,
los brazos cargando la leña
y el fuego en las palabras.

Con la grandeza en la voz
y las notas melodiosas en su canto,
con la sonrisa completa
iluminando el camino de la vida.

Con la brazada que alimenta,
con el ganado y los perros amigos
eternos de tus andares.

Con los consejos sabios
y las frases que arrancaban risas,
con los montones de cuentos,
el agua en el recipiente,
las manos recién lavadas
y el sudor de tu frente.

Con el maizal por delante,
los surcos de tierra herida,
las nubes cargadas de agua,
y el olor a tierra mojada.

Así con todo eso
quiero llevarte en mi pensamiento,
escribirte en mis recuerdos
abuelo mío de todos los momentos.

Si supieras

Como la mañana fría entre mis dedos
va volcando de recuerdos,
como la brisa matutina en mis sentidos
anidando bucles tras mis oídos,
como la lluvia que golpea el tragaluz
en esta oscuridad vespertina,
eres mítica razón que me fascina,
que en tardes de ausencia llenas voy soñando que regresas.
Y sueño:
que me tocas con tu voz de lunanueva,
y me dices mis razones para estar aquí,
que susurras caricias en mi cuerpo
y te apareces dueña del porvenir,
que levantas con tus manos mi pasión
por entregarme a ti
y que gritas a los cuatro vientos que no importa,
que es así.
Y despierto:
con los ojos llenos de oscuridad,
los oídos llenos de silencio
y los labios ausentes de ti.

Toda magia

Con tus ojos
invitación al desvarío,
y tu piel imaginada
cada tarde de hastío,
con tu sonrisa de hechizo
desprendida de tus labios
como agua que revive
a los ángeles caídos,
con tu voz apresurando
los motivos que no mueren,
y tus manos de remedio
para mi alma desolada,
con tu boca de maravillas,
de voces miles
de canciones encontradas
en baúles de añoranza,
con todo eso
hechicera de mis noches vagas
andas por mi mundo
toda tú, toda magia.

Razones

Con la premura de la vida diaria,
mientras la cabeza en su tiovivo
viaja sin ton ni son y sin motivo
apresurado el trago de la nostalgia,
te pienso,
con la consigna de soñarte
justo cuando el reloj da las tres
de la tarde,
te siento,
con la brisa vespertina
y el sol cayendo a plomo
sobre mi existencia toda,
te extraño,
con cada centímetro de mi piel
que añora tu andar por ella,
te deseo,
con la música como razón
para seguir el camino que
nos dicta el corazón,
te amo.

Canción de amor

Como notas musicales depeñándose
en la ladera de la vida,
como gotas de lluvia escribiendo
una canción,
así te vas metiendo entre los pliegues
de mi alma,
y a veces pienso que no
que no era posible, pero se dio,
y a veces creo que yo
que yo no merecía tanto, pero surgió,
como nube de tormenta,
como sol de mediodía
apareciste en medio de mi cielo
con tu presencia perfecta
con tu mirada de fuego
y te volviste mía a pesar de todo
y te quedaste conmigo la vida entera
escribimos juntos la historia
más increíble jamás contada
y quedaron grabados en la memoria
nuestros cuerpos y tu mirada.

Insoportable condición

Incesante es el calor de junio
con sus oasis de mentiras a lo lejos,
hermosa la noche oscura en plenilunio
con sus fugaces estrellas de reflejos,
empero, mi alma no encuentra la paz
que de tu piel recibe a cuentagotas,
se entretiene en menesteres de fugaz
manufactura, de mi canción las notas
como en sotto voce van muriendo,
melodía de lamentos por no verte
vestida de aurora entretejiendo
albores de madrugadas sin suerte.

Inminente es el delirio,
de la sinrazón.
No habrá más tardes de locura
siente el corazón.
¿Qué es este martirio
que me arrebata los sentidos?
Es la nostalgia de los dias vividos,
es la melancolía, es vieja bruja
que te hechiza de recuerdos idos,
es la urgencia de tu cuerpo en el mío.

Anoche te busqué

La luna que sonríe a la noche lo supo
en cuanto asomó su rostro límpido
detrás de las nubes que se adivinaban
inquietas por mirar tus ojos
que son como dos estrellas nítidas
naciendo en un cielo diáfano.
Las calles adormecidas como testigos
atónitos de esta búsqueda
que por infructuosa es tanto esperada.
Los niños sin madre jugando en la vía,
los perros del pueblo buscando comida,
las tiendas de la esquina desveladas,
los vecinos cerrando cortinas,
y las luces apagadas en las ventanas,
todo estaba ahí,
pero sin ti.

Resulta que te pienso

Resulta que te pienso
en la tarde
casi a las siete y treinta,
que el sonido de los coches
pasando detrás de mi ventana
no interrumpen la memoria,
resulta que te pienso,
cada centímetro de piel
que he dejado atrás,
cada mirada,
cada palabra proferida
en un grito, en un murmullo
de viento casi mediodía,
resulta que te pienso,
tu nombre entero,
el tono exacto de tu voz,
tu risa franca,
resulta que te pienso
y me detengo a saborear
el gusto fino de tu recuerdo.

Breve 3

No me dejas más motivos
que la noche, silencio, susurro
de lamentos idos.
No me dejas más razones
que la nostalgia
asesina de corazones.

Breve 2

Ganas no me faltan, de llevarte de la mano
intentando construir una historia siempre
nuestra.
Ganas me sobran de decirle a este corazón
que se atreva y de un salto de fé.

Breve 1

Jinetes del apocalipsis rondan
oscuros caminos míos,
levitando sobre mi alma como
incesantes desvaríos,
nunca como anoche te soñé.

Píntame

Píntame de acuarela tus ojos
que de a poco se van llenando de agua
cuando me alejo.
Píntame de lunas las noches
que las estrellas se esconden,
lleva tus pínceles dedos de tus manos
por los derroteros de mi cuerpo
que es tu lienzo y bastidor.
Píntame tu sonrisa
que me la llevo envuelta para regalo
a los lugares donde me faltas.
Y pinta el fresco de una historia
que de posible sólo tiene la memoria
de una noche a deshoras,
pues la paleta de colores
que guarda este sueño mío
ansía el momento exacto para dibujarte,
píntame tus ojos con motivos crepúsculares
que es la hora cierta
cuando empiezo a extrañarte.

De noche ya

De noche ya
bajo una miríada de estrellas
que son como tus ojos cuando sonríes,
de noche ya
te pienso
como a los imposibles en los sueños,
de noche ya
mientras escribo
busco la media sonrisa que te delata
y esa mirada previa
cuando piensas que has ganado la guerra,
de noche ya
sobre las notas de una canción
que me atropella el alma,
te deseo,
de noche ya
a sabiendas que sabrás de mi pena
y nada podrás
porque esta es mi condena
de noche
saberme tuyo
aunque tú no lo creas,
de noche ya
buscando en el cielo negro
la fugaz estrella
que figura ser mi dicha,
de noche ya
bajo la manta del recuerdo
que cálida me envuelve,
espero nada,
deseo todo.

Pendiendo de un hilo

Como dagas pendientes de un hilo
azotadas por el viento tormentoso
de una tarde de invierno, en vilo,
bajo el frío de un día lluvioso...

Esta vez

Esta vez voy a contarte de mis sueños,
de las noches de desvelo,
de las tardes de agonía,
de las madrugadas reveladoras,
de las mañanas escondidas
en los recuerdos magros de la vida.

Esta vez quiero decirte con canciones
la verdadera nostalgia,
la condena de ir perdiendo la magia
en cada día que no estamos,
en cada tarde que perdemos.

Esta vez no te dejaré hablar,
cubriré tu boca con la mía
mientras te voy diciendo
a pedacitos de historia
que vamos escribiendo la memoria,
que estamos redactando
con tinta de deseo sobre la piel
la novela eterna de nuestros días.

Esta vez te miraré a los ojos
y sabré de los milagros por vivir,
como vidente de tiempos idos
conoceré la verdad del porvenir,
y entonces, solo entonces
podré dormir.

Mensaje en una canción

"Nada, nada... nada soy sin tu amor, sin tu amor no soy nada..." Camila
"... no condenemos al naufragio lo vivido..." José José
"... tu boca, boca..." Chayanne
"... hay ojitos que roban la calma y los tuyos me la están robando..." Intocable
"Hoy que llevo en la boca el sabor a vencido..." Fernando Delgadillo
"... mujer hasta el borde del alba, mujer que me roba la calma..." Alejandro Filio
"Bésame en la boca con tu lágrima de risa" Montaner
"... así es la vida juntos, dos locos de repente..." Montaner
"... tantos siglos, tantos mundos, tanto espacio..." Mexicanto
"... pérdoname si te he ofendido, pérdoname ten compasión..." Vicente Fernández
"... te amo, desde el primer momento en que te ví..." Franco de Vita

Frío

Tengo frío
del que aniquila el corazón
y congela el alma,
frío que me hace añorar
el cálido fulgor de la palma
de tu mano sobre mi pecho
que te aguarda.
Tengo frío
que se parece a la nostalgia,
que se confunde con la angustia
de ir perdiendo esta mañana mustia,
en el hastío que significa
la ausencia de tu magia.
Un frío que se cuela
por los recovecos del cuerpo
y en los entresijos del deseo,
que como millones de agujas
se clava en la piel y rememora
lo que las tardes de invierno
podrían lograr para este sino
que como castigo eterno
se entrega en elocuencias,
disertaciones veladas
que intentan explicar
lo injusta que es la vida
bajo el manto helado
del amor que te es vedado,
frío porque no estás,
frío porque te has ido,
sorteando la niebla
que dejó tu partida.
Tengo frío y tu recuerdo
como el fuego de una hoguera
alimenta mis memorias
y sé de cierto que estás
presente en el correr de la era.

A donde tu vayas

A donde te has llevado mis ojos
que no han logrado mirarte,
donde la luz de mi camino,
el faro con el cual hallarte.
Donde has guardado mi cuerpo
marchito por la espera,
te lo has llevado lejos
entre gritos apagados,
velados por la terrible angustia
del tiempo que ni es eterno
ni es nuestro.
A donde te llevaste estas manos
que te saben toda,
porque tu eres mi libro,
y mis ojos mis manos
que te han leído,
donde nadie mas había escrito
te invente un poema.
A donde entonces he partido
si no es a tu corazón
que es mi refugio cálido
mi hogar, mi razón
y mi todo.