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viernes, marzo 14, 2014

Caminos amarillos

Me veo en sus ojos.
Maraña.
Laberinto intrincado de caminos sangrientos.

Veo en su mirada adolescente:
la derrota del adulto,
la miseria que han dejado
días enteros
inhalando caminos amarillos
con destino a la locura.

Con los labios rotos,
la sonrisa interrumpida, 
la vida como pretexto,
la herida supurante
de su honda agonía.

Con las manos
se va construyendo una idea,
una cueva a la cual marcharse
cuando la noche sea tan fría
que ni con fuegos de artilugio 
se deje engañar,

y lo veo marcharse a paso lento,
arrastrando los pies por la grava
del camino,
como deudo de su propio funeral.

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