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lunes, septiembre 21, 2015

Hombre solitario

Te sientas en la misma mesa,
desvencijada por los años,
esperas,
después de tanto tiempo
ya no sabes lo que esperas,
cabello desaliñado,
tabaco sin encender en tu mano,
sonríes al viejo que toca el arpa,
suspirando.

Eres como esas viejas ciudades
comunistas en la guerra fría,
en tu rostro se detuvo la historia,
en tus labios se desgajó la memoria,
decepcionado
un sorbo aquí y otro allá,
el café cortado,
helado.

Todos somos espías de nuestro sino,
vamos,
que a veces sabemos demasiado,
como en una novela de Le Carré,
morimos apenas a unas páginas
de haber empezado.

¡Qué terrible historia nos han contado!

Y te imagino frente al televisor
viendo a la nada,
de compañía trivial conversación
de dos personajes sin importancia,
el chiste se cuenta solo:
hombre solitario busca.

Tarde te enteras de la emboscada,
los hombres que conversaban,
la chica del vestido rojo,
el niño en su triciclo,
el viento a través de la cortinas,
todo a tu alrededor es un montaje,
tu misma vida es una farsa,
la bala que viaja y tú montado en ella,
esa bala que atraviesa tu corazón
y te mata.

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